¿Qué es el crimen de persecución motivada en el género?
Es un crimen de lesa humanidad (es decir, de los que existen dentro del Estatuto de Roma, que es un acuerdo internacional entre los Estados que creen que debe existir una autoridad internacional que castigue a los criminales que no pueden ser juzgados o no quieren ser juzgados en sus propios países). Se concentra en castigar la seguidilla de crímenes que pretenden afectar los derechos fundamentales de una persona o de un grupo de personas por compartir alguna característica esencial a su identidad: la religión, la etnia, o el género.
Este crimen castiga los actos persecutorios y, también, la intención discriminatoria. Así, se engloba un injusto tanto por los crímenes como por las ideas discriminatorias que el perpetrador usó como combustible para sus acciones. El género, en este escenario, se refiere a las nociones socialmente aceptadas como construcciones de esta categoría. En Colombia —y en la mayor parte del mundo— el género es una división binaria de los cuerpos humanos (hombre y mujer) con comportamientos específicamente permitidos o prohibidos para cada uno de los dos grupos. Una de las conductas esenciales para ambos géneros es ser heterosexuales y ser cisgénero. Por ese motivo, los actos de violencia que están motivados en la idea de que las personas LGBTQ somos “malas mujeres” o “malos hombres” pueden ser judicializados mediante este crimen de lesa humanidad.
Colombia Diversa ha publicado varios libros en los que explica y ofrece más ejemplos sobre este crimen cometido en Colombia: ¿Quién nos va a contar?, Los órdenes del prejuicio, Alguien te busca. También contamos con una página web en la que hemos recogido varias historias de personas LGBTQ que han padecido y resistido a esta persecución: Un viaje de Paz
¿Qué precedentes existen sobre este crimen?
¡Ninguno! No hay decisiones de ningún juez sobre el crimen de lesa humanidad de persecución motivada en el género. Esto se debe a la incorrecta idea de que la discriminación motivada en el género no tiene ninguna relación con las guerras que los humanos libran entre sí. La realidad es que la discriminación por motivos de género está en el centro de la guerra: quiénes cocinan, quiénes manejan armas, quiénes pueden decidir sobre su cuerpo, quiénes “crían” a los soldados, quiénes deciden cuántos hijes tener. Todas estas son ideas que constituyen la guerra y la sociedad que debe soportarla (y sobrevivirla). En la decisión de septiembre de 2023 de la Jurisdicción Especial para la Paz de Colombia esto cambió. En esa decisión se asigna responsabilidad por el crimen de persecución motivada en el género contra personas LGBTQ a 13 máximos responsables de la guerrilla de las FARC-EP.
¿Por qué es importante para la sociedad que esto esté pasando?
Porque hace muchísimo tiempo nos debemos una conversación seria sobre el rol que el género y la sexualidad ocupan en nuestras vidas. Porque pareciera que todo está determinado para quienes aman y son (es decir: ¡todes!). Nos hace falta pensar de qué manera las ideas fijas sobre “ser hombre” y “ser mujer” nos lastiman. Nos hace falta reconocer que hasta las guerras se alimentan y aprovechan de estas ideas. Lo que nos hace falta es una sociedad y un mundo que nos permita ser felices, que nos permita vivir una vida libre de humillaciones, y que nos permita encontrar la felicidad a nuestro ritmo sin miedo de ser atacadas o eliminadas por quienes no viven el amor y el mundo como nosotras lo hacemos.
