Hasta finales de la década de 1980, las relaciones entre personas del mismo sexo fueron consideradas delito en Colombia. No obstante, con la constitución de 1991 se amplió el espectro de los derechos y de la posibilidad de reclamar aquellos que son fundamentales a través de la acción de tutela.
De esta manera, las mujeres lesbianas, los hombres gays, las personas bisexuales y personas trans, pudieron acceder a más y mejores herramientas para la movilización social.
Colectivos y personas de manera individual echaron mano de estas herramientas jurídicas para reclamar el reconocimiento de su orientación sexual y para estar dentro de categorías protegidas por la Constitución.
Pero este tipo situaciones clave en un país, para ser entendidas de una manera más completa y poderosa, y para que los datos se conviertan realmente en conocimiento, siempre es mejor conocerlas a través de las narraciones.
Como la que nos presenta el podcast Juntas, de Colombia Diversa, apoyado por el proyecto Adelante con la Diversidad II, financiado por la Unión Europea, producido por La No Ficción Agencia y conducido por Jhonny Jiménez.
Durante los cuatro capítulos que conforman esta audioserie, se nos cuenta la historia de Adriana y su esposa Marcela. La línea de tiempo utilizada en la narración es un ejercicio consciente que no va, exclusivamente, de un punto a otro, sino que se detiene en diferentes aspectos de la relación, se mueve hacia adelante, hacia atrás, va de un lado a otro. Apela a la ternura y también al dolor. De esta manera, el tiempo cobra dimensiones de mayor amplitud y no solo la distancia que implica ir de un año a otro en línea recta.
Así vamos conociendo no solo el trámite burocrático que tuvieron que atravesar estas dos mujeres durante muchos años, la persecución y la lucha contra un Estado conservador que se opone, sino que nos enteramos de cómo se enamoraron, cómo una de ellas, quien fue madre muy joven, va sorteando lo que significa encontrar y descifrar su identidad como mujer lesbiana. Cómo también el proceso de contarle a su hijo que estaba enamorada de una mujer.
A través de los episodios se muestra el matrimonio no solo como un “punto máximo” del amor, sino como un proceso legal mediante el cual dos personas deciden protegerse y proyectarse, por ejemplo, financieramente cuando alguna de las dos falte.
Mauricio Albarracín fue una persona fundamental en toda esta historia por el matrimonio de personas del mismo sexo en Colombia. Él cuenta que en los años 2000 “lo que empieza a ocurrir es que organizaciones y activistas LGBT empiezan a tener más relaciones con partidos políticos” para que se empiecen a gestar los primeros proyectos de ley de parejas del mismo sexo, hacia finales de los noventa y principio de 2000. No obstante, a principio de milenio el Congreso “tampoco realizaba un reconocimiento de parejas del mismo sexo”. Es de esta manera que el podcast muestra la relación entre el amor y el ámbito político.
Fue en esa época que organizaciones como Colombia Diversa surgieron para sacar adelante actividades de litigio constitucional a través de tutelas y demandas, que ayudaron a que se empezaran a reconocer algunos derechos.
En 2007 una sentencia de la Corte Constitucional les abrió las puertas para la unión marital de hecho. “En el 2008 se les reconoce el derecho a la salud y a la pensión”, cuenta Albarracín, “y luego, en el 2009, un conjunto de derechos para parejas del mismo sexo”.
Marcela Sánchez, Directora Ejecutiva de Colombia Diversa, cuenta en Juntas que se comunicaron con organizaciones como “Dejusticia y otras personas” para pensar “seriamente una demanda sólida”. Fue en el año 2010.
La demanda en la que participó también Mauricio Albarracín buscaba declarar inconstitucional el artículo 113 del Código Civil colombiano que dice que el matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente. Ahí empezó un movimiento fuerte por lo que empezó a llamarse Matrimonio Igualitario.
Juntas está disponible en Spotify para que acompañes a Adriana y a Marcela a través de este viaje de amor que es, asimismo, un viaje político por los derechos de las personas LGBTIQ+ en Colombia y, ¿por qué no?, de América Latina.
